¿Se acerca un tsunami en el Sector Sanitario?
Un tsunami es una serie de olas generalmente causadas por un terremoto debajo del lecho marino. A medida que los tsunamis entran en aguas menos profundas cerca de la tierra, aumentan su altura y pueden causar innumerables víctimas y daños a la propiedad al llegar a la costa.
Actualmente se están produciendo diversos “movimientos sísmicos” en el sector sanitario privado (y público) español que amenazan con convertirse en una serie de olas gigantescas conforme éstas se acerquen a la costa. Me gustaría centrarme en los cinco puntos que considero más relevantes actualmente:
- Renovación del concierto de Muface: a nadie se le escapa que el actual concierto para cubrir las necesidades sanitarias de una parte significativa de funcionarios (1.500.000 entre titulares y beneficiarios) es ruinoso para las compañías que participan. Estas compañías (Adeslas, DKV y Asisa) llevan años pidiendo una mejora sustancial de las condiciones que se han traducido en una propuesta de subida por parte del Gobierno del 17,1%, insuficiente para las compañías privadas. Actualmente estamos en una situación de “dilema del prisionero” donde lo que haga cada una de las compañías afectará sensiblemente al resto. ¿Qué pasaría si una de ellas decidiera no presentarse y el pastel se lo tienen que comer entre las otras dos? Posiblemente, supondría el fin de alguna de estas compañías y un terremoto en el sector sanitario tanto público como privado.
- Escasez de personal cualificado (médicos y enfermeras): en el Informe del Consejo Económico y Social de 2024 se alertaba de la situación actual de estos dos colectivos con datos que nos deben hacer actuar: el 46% de los médicos tiene más de 50 años y el 21,1% tiene más de 60 años; el ratio de enfermeras por habitante está por debajo de la media de otros países (6,3 enfermeras por 1.000 habitantes vs 9,2 de media). Esta escasez de personal que afecta a la sanidad, tanto pública como privada, va a seguir tensionando un sector en crecimiento por el simple envejecimiento de la población.
- Incremento de las listas de espera: derivado de los puntos anteriores -y en ocasiones de un ajuste en los servicios acorde a los costes-, las listas de esperan han sido un problema más visible de la Sanidad Pública y reclamo comercial de las compañías aseguradoras. Desde hace unos meses, basta con llamar a cualquier Hospital Privado para pedir una cita con un Dermatólogo o un Digestivo para comprobar que la espera puede irse a varias semanas, si no meses. Quizás, muchos de los ciudadanos que suscribieron pólizas de salud tras la pandemia opten por no esperar en ambos sistemas sanitarios y decidan hacerlo en la pública. Estas inercias, positivas y negativas, son difíciles detener.
- Integración vertical y alianzas entre aseguradoras en algunos mercados por la concentración de los operadores sanitarios: este mes de octubre se ha hecho pública la alianza de Sanitas y Mapfre para la creación de un nuevo hospital en Barcelona. Este movimiento responde al fuerte posicionamiento de Quirón en Barcelona, donde la se estima una cuota de mercado en el entorno del 40% según la Autoridad Catalana de Competencia. Estos movimientos sectoriales son lentos (debido a la elevada inversión requerida) pero de elevado impacto en el medio y largo plazo.
- Incremento de los costes. Juan Antonio Gutiérrez (Grupo HLA) identificaba en el pasado V Observatorio de la Sanidad (2024) los costes como uno de los retos que afronta el sector y que «no ha ido acompañado de una subida de precio de la aseguradora al grupo hospitalario». Este incremento de costes supone una pérdida de rentabilidad en el corto plazo pero que deberá ser corregida, lo que puede retroalimentar los puntos anteriores: aumento de primas y/o ajuste en la calidad asistencial con el consecuente incremento de listas de espera.
Los tsunamis más comunes se producen por la ruptura de fallas geológicas, y el 5 de noviembre sabremos si se produce un primer terremoto, pero sin duda en el sector se están dando choques entre otras placas tectónicas que pueden depararnos situaciones de máxima tensión en un sector que representa en el 10,7% del PIB.
Estas amenazas han de representar una oportunidad para el sector sanitario privado, de la misma forma que sucedió en 1991 cuando Sanitas abandonó el concierto de Muface por infrafinanciación y fruto de ello se pusieron en marcha cambios relevantes que impulsaron el seguro de salud privado y la mejora de la prestación sanitaria privada.
Continuará…